martes, 25 de noviembre de 2008

En río revuelto



El Presidente del Sindicato Médico de Cádiz declara que hay médicos que prefieren cobrar el paro antes que trabajar para el Servicio Andaluz de Salud.

Me pregunto si la actitud de estos profesionales se debe a un ejercicio de responsabilidad, o de solidaridad con otras profesiones abundantes en la economía sumergida, que también acostumbran a cobrar el seguro de desempleo antes que darse alta en la seguridad social. Miedo daría caer en manos de un profesional con esta actitud, si no fuera porque eso ya lo vemos, lo más natural del mundo.

Difícil lo tendrán estos médicos, que estando muchos de ellos al comienzo de su vida laboral, se les viene encima una situación de crisis de donde se presagia salir: moderando el individualismo y la privacidad radical en beneficio de un mayor compromiso con los objetivos sociales generales. (Siempre que los pronosticadores no nos engañen, que también puede ser)

La sanidad pública adolecerá de deficiencias en la gestión, de presupuesto insuficiente y de mil cosas más; y, lejos estará de alcanzar “la excelencia” de los hospitales privados, donde sin rechistar, dejamos el dinero en abundancia sin importarnos el tiempo, en las salas de espera. También está muy lejos nuestra sanidad pública, de la protección sanitaria del país más rico del mundo (EE.UU.), donde 9 millones de niños carecen de protección médica y donde 60 millones de personas no tienen cubiertos los días de enfermedad. Eso sí, cuando las cosas se ponen feas de verdad, se nos quitan las pamplinas y nos confiamos a la profesionalidad y el bien hacer en la sanidad pública española.

Estamos en una situación de río revuelto donde el “ultraliberalismo milagroso”, después de poner a buen recaudo las ganancias de estos años de codicia, echa ahora las redes a las puertas del “abominable” Estado. Tajo tiene por delante el partido socialista y una mayor responsabilidad en mantener la calidad de los servicios públicos.

martes, 18 de noviembre de 2008

Quien maneja mi barca


Me sorprende gratamente que en nuestra sociedad vayan apareciendo líderes políticos y sociales que manifiestan cordura y, al mismo tiempo, demuestran que se sienten corresponsables con los momentos que vivimos.

Algo bueno estaremos construyendo en nuestro país, cuando vamos por ese camino. Y no me refiero sólo a Mariano Rajoy, que lleva soportando la conjura de los que su Secretaria General considera “cobardes anónimos que reman en contra”. (Imagino que reman en contra de una España con una derecha política razonable y moderna).

Estos “cobardes anónimos” casi seguro que llevan los colores de la bandera hasta en la ropa interior y se les llena la boca de una España que casi llegaron a rozar con los dedos de su fantasía imperial, cuando Aznar junto a Bush puso los pies sobre la mesa: una caricatura muy seria que ha traído malas consecuencias para ambos y para bastante más gente.

Sobre este asunto, bajando el listón geográfico hasta nuestra localidad, quiero hacer referencia a las declaraciones de nuestro líder de CC.OO. José Manuel Trillo, que pasará algún día a la historia sindical en Jerez pero que de momento no, cuando dice: “Jerez puede levantar la economía de toda la provincia” o cuando habla de concertación y de sindicalismo moderno. Asín, sí podemos remar en el mismo barco, José Manuel.

martes, 11 de noviembre de 2008

Fábrica de tortas

Es una gran noticia para el Barrio de San Miguel la rehabilitación total del Palacio de Villapanés, y una satisfacción para todo Jerez que un edificio de esa categoría por fin sea bien aprovechado para jóvenes estudiantes y como sede de la Universidad de Cádiz. No deben olvidar en la Gerencia de Urbanismo y la Delegación de Vivienda e Infraestructuras que la Asociación de Vecinos necesita un espacio digno donde poder realizar sus actividades, y el lugar más adecuado sería un pedacito del Palacio.

Esta iniciativa puede ser decisiva para que el Barrio y los comercios recobren la vida que tuvieron en otros tiempos, y con los servicios e instrumentos de hoy en día. El modelo de ciudad que propician los barrios (las calles bien adoquinadas, las Iglesias, los edificios históricos, las casas y los patinillos desde donde hemos partido hacia los bloques de pisos y unifamiliares) es el modelo de convivencia ciudadana natural de Andalucía, el de las charlas con el tendero y con el vecino, el modelo de verse las caras. Otra cosa será cómo solucionar el aparcamiento.

Hay que ir pensado en la pequeña y muy deteriorada fachada de la Ermita de la Yedra. Su reparación no requiere un gasto excesivo. La Plazuela, abandonada a una estética desordenada y sin gusto en los edificios nuevos y en las fachadas de casas que mejor no mirar, necesita recuperar su personalidad.

El corredor que va desde la Plazuela hasta la Plaza de San Miguel se puede convertir en recorrido turístico para los visitantes; y, a mitad de camino, la Universidad. Me gusta la idea.

El Palacio de Villapanés, donde en su día convivían un prostíbulo, una posada para los animales de tránsito, una fábrica de aguardiente y otra “de tortas” (así se definía al Cuartel de la Guardia Civil, por calle Empedrada), pasará a ser sede de la Universidad. ¡Qué alegría!

Todavía, desde la Plazuela hasta la Cruz Vieja, resuenan en los oídos de los vecinos (no tan viejos), los guantazos que allí se regalaban a diestro y siniestro. ¡Qué miedo!

martes, 4 de noviembre de 2008

Confidencias

Tengo una relación muy especial con el Cristo de mi barrio, que también es el Cristo de Jerez. Y hablando con él de otras cosas, me explicaba su preocupación por la crisis económica y, especialmente, cómo llegará ésta a afectar a la desigualdad en el mundo, en relación a los seis millones de niños que ya mueren de hambre y desnutrición todos los años.

Más reservadamente, me comentaba que había notado cierta inquietud en la Virgen por su coronación; que ella estaba agradecida por la generosidad de los hombres hacia su persona y valoraba la buena fe de estos actos. Pero ella también sabe que a veces los hombres caemos fácilmente en la vanidad y se teme que, para coronarnos a nosotros mismos, inconscientemente la pudiéramos estar utilizando.

También me decía que el oro, el marfil o los zafiros son obsequios materiales que ella considera prescindibles. Que acepta el uso de los medios actuales para llevar su mensaje lo más claro posible a la cabeza de los hombres; que lamenta los momentos que atraviesa nuestro sector bodeguero, pero que lo de las banderolas con su imagen al lado de la botella no termina de verlo muy claro.

Intenté transmitirle que estas cosas se hacen por la necesidad que tenemos los hombres de su ayuda, de lo solos e indefensos que nos sentimos, y que estas manifestaciones son una forma de mostrarles nuestra gratitud. Él me respondió: “bueno, bueno… ya seguiremos hablando”.