El silencio es la expresión mayoritaria que estamos
practicando los jerezanos, para mostrar nuestra indiferencia, por el derribo
del Edificio de la Plaza Esteve como eje central de la remodelación del
entorno, que tendría como resultado devolver el protagonismo a las naves del
Mercado de Abastos.
La razón del no gusto por la estética de este edificio, no es
un juicio fundamentado por el que debemos dejarnos llevar para vaciar parte del
patrimonio de la ciudad, eliminando una referencia representativa de la
arquitectura racionalista.
Sin entrar en valoraciones económicas sobre el coste de la
operación, en el valor que este edificio tiene actualmente o en la idoneidad,
en estos momentos, para acometer estas obras cuando hay zonas que requieren de
esa inversión con carácter urgente.
Debemos pensar que el derribo de este edificio no tiene marcha atrás, que en el futuro puede que se considere esta actuación urbanística como un error de valoración contra el patrimonio y porque lo que de verdad merecería ser derribado es el monstruo de la Ermita de Guía.
Debemos pensar que el derribo de este edificio no tiene marcha atrás, que en el futuro puede que se considere esta actuación urbanística como un error de valoración contra el patrimonio y porque lo que de verdad merecería ser derribado es el monstruo de la Ermita de Guía.
Salud