La palabra zambomba para nosotros es llana y para nuestros vecinos aguda. Por eso cuando escuchamos decir Zambombá nos evoca un grito de guerra o nos traslada a una escena de ambiente zulú. En cualquier caso ninguna reminiscencia antropológica nos es ajena: no hay más que ver la energía empleada con la pandereta o con el carrizo.
La zambomba jerezana es una ceremonia tribal entorno al fuego, cantada con palabras laicas y confiadas a la esperanza por el nacimiento del hijo de Dios. Es entrañable, picantona y flamenca; requiere frío, lumbre y aire libre. Por eso no es aguda, porque es sutil y celeste.
Muchas Felicidades y Salud
1 comentario:
¡Bravo! Bellísimas y agudas y sinceras palabras.
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