martes, 17 de enero de 2012

Tengamos confianza


Que los jueces se juzguen entre ellos no tiene nada de extraño ¿acaso no lo hacen también los médicos o los fontaneros aunque sea con la boca pequeña?

Pero que te sienten en el banquillo tus compañeros ya son palabras mayores con voluntades supremas. No tiene nada de insólito que esto suceda, porque eso sólo lo pueden hacer los jueces y, como sabemos, la justicia es igual para todos. Aunque los magistrados también tengan sus corazoncitos y sus creencias, como es normal, por encima de todo está la ley.

El caso es que hoy se sienta en el banquillo, el todavía juez, Baltazar Garzón por su tendencia a querer meter las narices donde no se debe, y por ello le pueden dar un fuerte cocotazo. ¿Qué creíamos?, ¿que se pueden pedir certificados de defunción a diestro y siniestro, como si aquí no mandara nadie?

SALUD

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con el mejor ánimo, quizás haya un error de juicio. Yo lo he seguido y el señor Garzón afirmó en él que ordenó la grabación de las conversaciones de todos los abogados de la trama Gurtel con sus clientes, porque sospechaba que dos abogados formaban parte de una operación para evadir 20 millones de euros a un paraíso fiscal; y que, aunque la ley sólo permite algo semejante en casos de terrorismo y narcotráfico con pruebas fundadas contra los abogados, él hacía su interpretación de la ley con el apoyo de la fiscalía, y ordenaba espiar a todos y no sólo a los dos de los que sospechaba. El mismo abogado de Garzón reconoció que se trata de un tremendo error, aunque no de un delito de prevaricación. Lleva razón, privar del derecho constitucional de defensa a alguien debería ser un delito mucho más grave. No me extraña que uno de los abogados espiados lo haya denunciado.