El parlamento el día de la huelga general debe estar lleno
con todos los parlamentarios de izquierda.
Eso sí, me parece un gesto consecuente que ese día no cobren
su salario y dediquen la jornada de mañana y tarde a debatir los asuntos de sus
competencias políticas e ideológicas. Ellos no tienen un trabajo como
cualquiera, el parlamento no se debe cerrar por huelga. Salvo que se trate de
una huelga revolucionaria.
Dejar de acudir al Parlamento es un gesto fuera de contexto
democrático, en ese foro está representado el pueblo y la misión de los
representantes en un día de huelga es hacer de ese sitio un lugar de
referencia, afirmación, reivindicación que los legitime y legitime la
institución.
Hoy desde dentro del parlamento se pueden hacer muchas cosas
a través de los medios que se disponen para apoyar la huelga y estar cerca
del pueblo.
No está bien que cuando la izquierda no gobierna, tire las
patas por alto, en este caso negando su asistencia al máximo órgano de
representación popular. Está feo, no es consecuente y se trataría de un gesto
oportunista, que como todos siempre tienen su coste. La izquierda es vanguardista y responsable con y para las instituciones democráticas.
Los parlamentarios de izquierda podrían hacer una
manifestación de unidad reuniéndose todos en algún lugar con los convocantes de
la huelga y con los ciudadanos para luego dirigirse al sitio desde donde hay
que asar las patatas. Donde se legisla, donde se hacen las leyes, donde la voz
del pueblo tiene que ser escuchada y ejecutada.
A mi juicio, creo que no asistiendo al Parlamento no se suma
con carácter universal y se le da cancha a la derecha. Los parlamentarios ese
día deben estar en su sitio, en representación de los ciudadanos, que es su
trinchera.