martes, 28 de mayo de 2013

Jerez- Galilea



Llevo unos días pensando en los milagros que dicen que están sucediendo en Jerez y no consigo reconocerlos por ninguna parte. Sabemos que los milagros, como hechos sobrenaturales que son, no están a la vista de cualquiera, pero también sabemos que para algunos son más fáciles de apreciar. Como le ocurre a algún privilegiado que los distingue y los comparte con afán  complaciente.

Asumo que el milagro de la tempestad calmada me ronda por la cabeza, pero tengo dudas de que sólo se trate de un receso en el camino, y eso inquieta a cualquiera.

De todas formas, si es verdad que los milagros existen, y el Guadalete lleva camino de convertirse en el Mar de Galilea, hay que ir pensando ya en sacar en procesión al Partido Popular y a Javier Arenas. Ganas no creo que falten.


SALUD






lunes, 20 de mayo de 2013

El PSOE debe actuar


Estamos en el ecuador de la legislatura sin la agitación social con la que comenzó y con la oposición en los cuarteles. El Partido Popular, que ha conseguido mimetizarse con los problemas de la ciudad, ha superado el primer tiempo y parece que se encamina al segundo con la misma estrategia: sin estridencias ni resultados. Y lo hace en línea con su genética política, que establece como prioridad la privatización, en nombre de la eficiencia, y la reducción de los servicios públicos. Lo que de verdad está haciendo es un auténtico fracking ideológico y en Jerez tiene un buen banco de pruebas. Así pues, con la oposición trabada hasta que la justicia dictamine finalmente sobre las causas pendientes contra determinados políticos de la ciudad, a los que mantiene en expectativa de destino, los populares tendrán margen y artillería para llegar templados al descuento. Si todo sale bien. Por eso, y por otras razones que pueden tener su origen en las promesas con las que llegó el poder, parecen andar en esta primera etapa minimalista de gobierno con los pies cargados de plomo.

El Partido Socialista está tardando en encontrarse y necesita espabilar, como mínimo, por el bien de un equilibrio democrático y de una alternativa a las políticas conservadoras. Debe alejarse de la frivolidad en el reclutamiento e innovar afianzándose en sus posicionamientos ideológicos genuinos para hacerle frente, de forma determinante, a la crisis generalizada que atravesamos.

La demanda de una mayor participación y democracia interna dentro de los Partidos no debe hacerse esperar. El PSOE sabe hacerlo, ya lo hace de forma diferenciada de otras organizaciones a la derecha y a la izquierda, pero hoy la exigencia es avanzar más y mejor, prestándole una sincera y decidida atención a las organizaciones de ciudadanos que están emergiendo. Sin dejar de asumir que sin el ejemplo nada es consecuente ni tiene recorrido. Dentro de poco comenzará, como está previsto, el proceso de primarias para la elección de candidatos a las elecciones municipales, y, dadas las circunstancias, no caben experimentos. De una elección acertada, con un buen equipo, depende no sólo la representación política de una organización, sino la piedra angular de su futuro.
  
Todas las políticas deben estar dirigidas a la creación de empleo. Pero no por eso hay que dejar a un lado el ejercicio reivindicativo como parte fundamental de la cultura política. Nuestra ciudad soporta índices de desempleo alarmantes y la conflictividad no es lo mejor que puede pasarle, pero el conformismo tampoco.

Los valores cívicos deben estar presentes a través de los Partidos como organizaciones instrumentales entre el poder y la ciudadanía. Pero hay más herramientas. Hace poco se consensuó por unanimidad el Consejo Económico y Social, que debe tener una presencia y un predicamento mayor en los escenarios donde se gestionan y se discuten los intereses generales de la ciudad. No es que se espere de esta Mesa milagros, pero su constitución, como ejemplo de un buen acuerdo, podemos interpretarla como un símbolo de que Jerez sí puede.

El PSOE tiene que actuar con determinación en la calle y en el Consistorio. Es tiempo para madurar y aprovechar los recursos humanos de que dispone, con el objetivo de recuperar el sitio que le corresponde en la ciudad. Para ello tiene que exteriorizar su convencimiento, solidez y energía. Es una necesidad que lo haga. Los ciudadanos están cansados de promesas incumplidas y enjuician desfavorablemente la labor de sus políticos, en buena parte por su conducta conformista -cuando no desmayada- y la de los Partidos. Pero al mismo tiempo saben que de ellos depende, como de todos, que la situación mejore.  Por eso no debemos dejarnos adormecer, insensibles a la comunidad a la que pertenecemos.

Todos esperamos una señal que no se recibe y, aun así, nos mantenemos en los puestos arrastrando la carga. Con la esperanza de que la cuerda no se rompa.