miércoles, 17 de diciembre de 2008

Braveheart



Si con los argumentos de impulsar la actividad económica y revitalizar la imagen de la ciudad, o porque hay jerezanos que le siguen considerando Alcalde, Pedro Pacheco cree, que es suficiente aval para volver al ruedo político, está en su derecho. Pero si piensa, que con esos argumentos va a ganarse la confianza generalizada de los jerezanos, debería explicar que esos ciudadanos que todavía le consideran Alcalde son gente corriente y cuantiosa, y si lo hiciera debería transmitir un poquito menos de arrogancia y de cabreo.

El PSA sin Pedro Pacheco, es una entelequia en el panorama político andaluz, y una sombra china en el ámbito local. Si al ex alcalde le aceptan sus premisas dentro del PSA por que “sin él, no soy nada”, o decide tirar del carro de un nuevo proyecto, tendrá de su lado a buena parte de los expulsados de su reino cuando decidió aliarse con los que hoy, ya no lo son (Los portadores de machete tienen “la virtud” de aglutinar en su contra a mucha gente con ganas de desquite, y en los distintos proyectos andalucistas liderados por Pedro Pacheco no son pocos los agraviados).

En las filas del andalucismo jerezano sólo faltaría, que Don Pedro hiciera un gesto de reconocimiento (aunque fuera en la intimidad), para poner en orden a muchos de los que le fueron leales; y… “vamos a por la llave del gobierno local”. Lo malo es, que a la llave le quedan poquitos dientes, y para lo que tienen en frente necesitan un “llavuco” hecho en la fragua de Tío Juane; aunque, en política… nunca se sabe.

Decía Montesquieu, que para ser realmente grande, hay que estar con la gente, no por encima de ella. Pedro Pacheco no viene dando muestra de lo anterior, pero da la impresión de que Braveheart a su lado es un boy scout.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Jerez INCREDIBLE


Después de haber pasado un largo puente en uno de esos hoteles llenos o en un alojamiento rural a rebosar, resultaría impropio incorporarse a la vida laboral y a la actualidad informativa con el carácter avinagrado. Así que, si de vuelta a la realidad del día a día, le ponen por delante la cifra de desempleo o la estadística de crecimiento económico, seguramente reaccionará con un disimulado rechazo o con un silencio evasivo, pero estará reprimiendo las ganas de decir: ¡a mí me dejas!

Jerez resiste, a prueba de zambomba, lo que le echen, porque para eso tenemos la posibilidad de regenerarnos con nuestras costumbres. Es el caso de las Navidades, a las que convertimos en actividad económica, ¿o no? También tenemos las viñas, que acaban los fines de semana con los excedentes de papas aliñás; y, si lo supiéramos hacer bien, también sucedería con el mosto. ¿O es mentira?

En Jerez tenemos esa habilidad: por muy mal que nos vayan las cosas, siempre podemos echar mano de montar una zambomba y jartarnos de mosto, aunque sea debajo de un puente. ¿Ocurre lo mismo en Dinamarca? ¿A que no? Pues por eso, sigamos con nuestras actividades económicas… ¡Ojú, qué lío!

Bueno, voy a ponerme con las páginas salmón, a ver si el próximo artículo me sale más serio.

martes, 2 de diciembre de 2008

La Plaza del Pueblo


Sigue a muy buen ritmo la construcción de los bloques de pisos, que tan desgarradamente, están cambiando la naturaleza histórica y el semblante de los alrededores de la Ermita de Guía.

Esta zona de entrada a Jerez desde la luminosidad de la Bahía, podría haber sido un bonito lugar para plantar estas Navidades, ese creativo abeto, personificado con 2009 botellas de vidrio como distintivo de nuestra cultura y como alegoría a la ilusión para el próximo año; y, que se ha anunciado ubicarlo en otro lugar que por ahora tampoco existe, como es la Plaza del Arenal.

Si Jerez fuera Villaluenga del Rosario (Capital del señorío de las siete villas y no menos bello lugar), se entendería, que la plaza mayor de la localidad fuera el único lugar, donde se podría poner la pista de patinaje sobre hielo y todas las jaimas que hicieran falta para favorecerle a los jóvenes, esta neoyorkina diversión.

Pero teniendo a dos pasos la Alameda Vieja, que se muere de pena reclamando atención a los pies del Alcázar, no se entiende, esa tendencia a la saturación de los espacios públicos; contando con el agobio que produce y la imagen tan deslucida que proyecta.

Sigamos con la pasión por Jerez y a ver si despejamos pronto la plaza del pueblo.