Querida Buba:
Con motivo de tu marcha al extranjero, para que puedas cumplir con el ciclo de la maternidad a la que tienes derecho y desearás con todas las ganas que imponen los instintos, los niños jerezanos de hoy te dedicaron en el Tempul una gran fiesta de despedida.
Aquellos niños que te visitaron por primera vez cuando llegaste, ya son hombres que han terminado sus estudios o están a punto de hacerlo, suman currículo, trabajan o buscan empleo fuera de nuestras fronteras aceptando la universalidad de los recursos con normalidad y pragmatismo, y porque saben desenvolverse en la sociedad actual en la que, como tú, querrán desarrollarse y crear su propia familia.
Más complicado, prometida Buba, lo tienen algunos padres que ven peligrar sus trabajos. Aunque peores tiempos se han vivido y hemos salido adelante.
Aprovecha bien el tiempo de tu “Erasmus” en Hungría, no seas golosa en exceso y no olvides que todos estaremos pendientes de tu evolución: los niños, los mayores, los sindicatos y los concejales. Para que cuando regreses con tu descendencia vuelvas a encontrarte con la ciudad que quieres y te mereces.
Confía en que, para que así sea, vamos a ponernos todos de acuerdo.
Mucha salud, querida Buba.