No ha habido duda, para la mayoría parlamentaria, sobre la necesidad de reformar la Constitución de hoy para mañana. La mayoría de los ciudadanos teníamos asumido que una reforma de la Constitución era mejor no hacerla para dejar las cosas como están por aquello de los nacionalismos. Pero la gravedad económica así lo exige. Los nacionalistas hablan de "ellos" en relación a los dos grandes partidos mayoritarios. ¿Ellos y nosotros?, ¿pero de qué hablan, de su mundo y el de los demás?.
No parece ser que la reforma esté teniendo una incidencia de importancia en el conjunto de los españoles porque casi todo el mundo entiende que si la mayoría se pone de acuerdo será por algo, y seguramente será para bien. Ya veremos.
Lo que de verdad mosquea es cómo se han puesto de acuerdo tan pronto los dos grandes partidos y desde luego cuesta creer que todo esto sólo sea para evitar el déficit. Como el partido socialista no lo explique mejor, mucho me temo que en el futuro el PP podrá hacer las reformas por su cuenta.
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