martes, 24 de abril de 2012

Casi un milagro



Este año la llegada del mundial de motos y la reapertura de la ciudad al evento, está teniendo la acogida esperanzada de los comercios y el asentimiento de los que en su día protestaban por la pérdida de su paz interior. Que, viéndola amenazada durante unos demoníacos días, al margen de innobles valoraciones económicas o de otras índole,  llegaron incluso a temer por sus vidas.

En este trance, me vienen a la memoria las Fallas de Valencia (en qué estaré pensado), con esa pesada artillería y esos premeditados incendios imposibles aquí, en esta serena y susceptible Plaza.

Así evolucionamos en nuestra ciudad, a golpes de un clandestino y repujado  llamador de nuestros escrúpulos más inciertos. Parecía imposible, pero nos hemos puesto de acuerdo en que no hay que meter palos en las ruedas; nunca mejor dicho. Casi un milagro.

SALUD

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