martes, 11 de noviembre de 2008

Fábrica de tortas

Es una gran noticia para el Barrio de San Miguel la rehabilitación total del Palacio de Villapanés, y una satisfacción para todo Jerez que un edificio de esa categoría por fin sea bien aprovechado para jóvenes estudiantes y como sede de la Universidad de Cádiz. No deben olvidar en la Gerencia de Urbanismo y la Delegación de Vivienda e Infraestructuras que la Asociación de Vecinos necesita un espacio digno donde poder realizar sus actividades, y el lugar más adecuado sería un pedacito del Palacio.

Esta iniciativa puede ser decisiva para que el Barrio y los comercios recobren la vida que tuvieron en otros tiempos, y con los servicios e instrumentos de hoy en día. El modelo de ciudad que propician los barrios (las calles bien adoquinadas, las Iglesias, los edificios históricos, las casas y los patinillos desde donde hemos partido hacia los bloques de pisos y unifamiliares) es el modelo de convivencia ciudadana natural de Andalucía, el de las charlas con el tendero y con el vecino, el modelo de verse las caras. Otra cosa será cómo solucionar el aparcamiento.

Hay que ir pensado en la pequeña y muy deteriorada fachada de la Ermita de la Yedra. Su reparación no requiere un gasto excesivo. La Plazuela, abandonada a una estética desordenada y sin gusto en los edificios nuevos y en las fachadas de casas que mejor no mirar, necesita recuperar su personalidad.

El corredor que va desde la Plazuela hasta la Plaza de San Miguel se puede convertir en recorrido turístico para los visitantes; y, a mitad de camino, la Universidad. Me gusta la idea.

El Palacio de Villapanés, donde en su día convivían un prostíbulo, una posada para los animales de tránsito, una fábrica de aguardiente y otra “de tortas” (así se definía al Cuartel de la Guardia Civil, por calle Empedrada), pasará a ser sede de la Universidad. ¡Qué alegría!

Todavía, desde la Plazuela hasta la Cruz Vieja, resuenan en los oídos de los vecinos (no tan viejos), los guantazos que allí se regalaban a diestro y siniestro. ¡Qué miedo!

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