“Para la crisis, bici”, pregonaba, sutil y a compás, José el Caraoscura en el programa de Jesús Quintero “Ratones Coloraos”: mi programa-cita conmigo mismo y con la sabiduría de mi civilización andaluza.
Me temo que de la crisis ya no vamos salir (yo ya tengo el cuerpo hecho); en realidad, la mayoría vivimos en una crisis permanente, y a las sociedades les ocurre lo mismo; igual que al teatro. Así que me alegro de que este estado natural crítico de la gente sea por fin compartido con los ricos y los poderosos, por el sistema capitalista y por el Estado.
Otra cosa es tener o no tener trabajo; con eso sí que no se juega. Por eso, es la hora de compartir no sólo las ideas sino también los recursos (ahora que podemos, desde todos los ámbitos). Es la hora de las ideas innovadoras y de las decisiones políticas en beneficio del conjunto social: es la hora de crecer como ciudadanos.
La decisión que ha tomado la Delegación de Movilidad de regular el tráfico con el objetivo de favorecer el transporte público, el medio ambiente y la convivencia económica y social de los jerezanos es una iniciativa positiva; como se ha demostrado que también lo fue la decisión política de peatonalización de la calle Larga (¿Será bueno el ejemplo para la Porvera?). La resistencia a los cambios, aunque sean para mejor, siempre se produce, pero no justifica ni la violencia ni el desorden, sobre todo cuando los cambios se desarrollan dentro de los cauces informativos y participativos establecidos.
Si las modificaciones iniciadas en el tráfico urbano, no resultan positivas para el conjunto de la ciudad, se deberá rectificar (Y tendrá su coste político), pero ni la mejora ni el progreso son posibles sin la puesta en práctica de las medidas fundamentadas que se diseñen. Los primeros días la reacción de los vecinos y comerciantes debe racionalizarse dentro de los cauces normales de colaboración, porque nadie puede creerse que se tomen decisiones para perjudicar en vez de para favorecer.
Siempre existe un margen para el error, eso ya lo veremos pronto. (Otra cosa a la que hay que meterle mano, cuanto antes, es al precio de los aparcamientos, porque tampoco se trata de acosar ¡Ahí te quiero ver!). Lo dicho anteriormente: para la crisis, bici.
Me temo que de la crisis ya no vamos salir (yo ya tengo el cuerpo hecho); en realidad, la mayoría vivimos en una crisis permanente, y a las sociedades les ocurre lo mismo; igual que al teatro. Así que me alegro de que este estado natural crítico de la gente sea por fin compartido con los ricos y los poderosos, por el sistema capitalista y por el Estado.
Otra cosa es tener o no tener trabajo; con eso sí que no se juega. Por eso, es la hora de compartir no sólo las ideas sino también los recursos (ahora que podemos, desde todos los ámbitos). Es la hora de las ideas innovadoras y de las decisiones políticas en beneficio del conjunto social: es la hora de crecer como ciudadanos.
La decisión que ha tomado la Delegación de Movilidad de regular el tráfico con el objetivo de favorecer el transporte público, el medio ambiente y la convivencia económica y social de los jerezanos es una iniciativa positiva; como se ha demostrado que también lo fue la decisión política de peatonalización de la calle Larga (¿Será bueno el ejemplo para la Porvera?). La resistencia a los cambios, aunque sean para mejor, siempre se produce, pero no justifica ni la violencia ni el desorden, sobre todo cuando los cambios se desarrollan dentro de los cauces informativos y participativos establecidos.
Si las modificaciones iniciadas en el tráfico urbano, no resultan positivas para el conjunto de la ciudad, se deberá rectificar (Y tendrá su coste político), pero ni la mejora ni el progreso son posibles sin la puesta en práctica de las medidas fundamentadas que se diseñen. Los primeros días la reacción de los vecinos y comerciantes debe racionalizarse dentro de los cauces normales de colaboración, porque nadie puede creerse que se tomen decisiones para perjudicar en vez de para favorecer.
Siempre existe un margen para el error, eso ya lo veremos pronto. (Otra cosa a la que hay que meterle mano, cuanto antes, es al precio de los aparcamientos, porque tampoco se trata de acosar ¡Ahí te quiero ver!). Lo dicho anteriormente: para la crisis, bici.
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