Por lo que se ve, parece que no será necesaria la intervención de “Obama” en la reordenación del tráfico en la ciudad (he observado conductores de autobuses conduciendo con una delicadeza digna del chófer del Papa). Con las correcciones que sean necesarias, el proyecto podrá seguir adelante, si es un bien para los ciudadanos y la ciudad.
Por otra parte, para acometer el crecimiento del desempleo y los malos augurios económicos que se vienen formalizando desde el Gobierno en los últimos días, será necesaria la participación de todos. Y, para eso, se debe incrementar el ejemplo responsable de los gobernantes y de la oposición, motivando dentro del Plan anticrisis una conciencia colectiva. Utilicemos la adversidad para construir nuevos modelos de participación y de compromiso social.
La semana pasada, el diario El Mundo publicó dos portadas dedicadas a Soraya Sáenz de Santamaría. Lo primero que se me vino a la cabeza cuando vi las fotos de la diputada del PP, asomando el pie, fue pensar en la crónica que al respecto podría haber hecho mejor que nadie, Luis Buñuel o los poemas que le podría haber inspirado en el exilio a León Felipe (quien detuvo su último tren estacionándolo en los pies de Sara Montiel), la portavoz del PP en el Congreso.
En la primera foto de portada, doña Soraya mostraba un pie no exento de sensualidad pero poco concordante, pues debería corresponder a una señora como de unos dos metros. En la segunda foto (supongo que para abatir las alas más aquilinas del Partido o para concomerles más el hígado), este mismo pie, que desde atrás comienza siendo femenino, evoluciona eficazmente hacia una mano felina, perdiendo cualquier encanto y mostrando la versión política de lo que puede llegar a ser un pie bien asesorado con un titular que decía: “Ser mujer y joven es una combinación explosiva”. (¿Qué querrá decir Soraya?)
Al margen de Gaza (¡una vergüenza!), la prensa nos ha sometido al impacto de dos grandes “magnitudes gráficas” (Soraya vs. Madonna), una de género político y la otra sobre la vida misma. Pero, de verdad de verdad, y, para no andarse con amaneramientos, con quién habría que descubrirse es con la foto que se hizo Madonna con veintiún años y que ha salido a subastas en la casa Christie´s. ¿Quién da más?
Por otra parte, para acometer el crecimiento del desempleo y los malos augurios económicos que se vienen formalizando desde el Gobierno en los últimos días, será necesaria la participación de todos. Y, para eso, se debe incrementar el ejemplo responsable de los gobernantes y de la oposición, motivando dentro del Plan anticrisis una conciencia colectiva. Utilicemos la adversidad para construir nuevos modelos de participación y de compromiso social.
La semana pasada, el diario El Mundo publicó dos portadas dedicadas a Soraya Sáenz de Santamaría. Lo primero que se me vino a la cabeza cuando vi las fotos de la diputada del PP, asomando el pie, fue pensar en la crónica que al respecto podría haber hecho mejor que nadie, Luis Buñuel o los poemas que le podría haber inspirado en el exilio a León Felipe (quien detuvo su último tren estacionándolo en los pies de Sara Montiel), la portavoz del PP en el Congreso.
En la primera foto de portada, doña Soraya mostraba un pie no exento de sensualidad pero poco concordante, pues debería corresponder a una señora como de unos dos metros. En la segunda foto (supongo que para abatir las alas más aquilinas del Partido o para concomerles más el hígado), este mismo pie, que desde atrás comienza siendo femenino, evoluciona eficazmente hacia una mano felina, perdiendo cualquier encanto y mostrando la versión política de lo que puede llegar a ser un pie bien asesorado con un titular que decía: “Ser mujer y joven es una combinación explosiva”. (¿Qué querrá decir Soraya?)
Al margen de Gaza (¡una vergüenza!), la prensa nos ha sometido al impacto de dos grandes “magnitudes gráficas” (Soraya vs. Madonna), una de género político y la otra sobre la vida misma. Pero, de verdad de verdad, y, para no andarse con amaneramientos, con quién habría que descubrirse es con la foto que se hizo Madonna con veintiún años y que ha salido a subastas en la casa Christie´s. ¿Quién da más?
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