Los aparcamientos públicos concebidos como negocio privado, tanto en el casco urbano como en instalaciones públicas de primera necesidad, deben regularse para evitar el abuso en las tarifas de precios que en la actualidad se está dando.
Es una buena noticia que el Ayuntamiento esté negociando con la empresa que gestiona el aparcamiento privado del hospital para que modere el precio y su uso sea asequible, tanto a los trabajadores como a todos los usuarios.
Esta negociación del Ayuntamiento con la empresa concesionaria debería hacerse extensible a otros aparcamientos. Se deberían revisar los contratos de adjudicación a las empresas que invierten en el subsuelo de la ciudad; puesto que en la mayoría de casos es propiedad de todos, las organizaciones sociales y de comerciantes tienen algo que decir al respecto.
Ahora que, con estos tiempos de crisis, nos estamos permitiendo establecer, o al menos comenzar a considerar normas racionales en beneficio de la comunidad y en contra del abuso aceptado como costumbre, se deberían establecer medidas reguladoras en la construcción de nuevos aparcamientos, con la participación y supervisión del gobierno que corresponda.
En una ciudad moderna, los aparcamientos son una necesidad urbanística y un servicio básico que los ayuntamientos deben afrontar de la forma más favorable para los ciudadanos; pero estamos acostumbrados a entender esa necesidad como un privilegio que paga quien puede.
Aparcar no es un capricho ni un lujo que haya que costear por minutos a un precio desproporcionado.
Es una buena noticia que el Ayuntamiento esté negociando con la empresa que gestiona el aparcamiento privado del hospital para que modere el precio y su uso sea asequible, tanto a los trabajadores como a todos los usuarios.
Esta negociación del Ayuntamiento con la empresa concesionaria debería hacerse extensible a otros aparcamientos. Se deberían revisar los contratos de adjudicación a las empresas que invierten en el subsuelo de la ciudad; puesto que en la mayoría de casos es propiedad de todos, las organizaciones sociales y de comerciantes tienen algo que decir al respecto.
Ahora que, con estos tiempos de crisis, nos estamos permitiendo establecer, o al menos comenzar a considerar normas racionales en beneficio de la comunidad y en contra del abuso aceptado como costumbre, se deberían establecer medidas reguladoras en la construcción de nuevos aparcamientos, con la participación y supervisión del gobierno que corresponda.
En una ciudad moderna, los aparcamientos son una necesidad urbanística y un servicio básico que los ayuntamientos deben afrontar de la forma más favorable para los ciudadanos; pero estamos acostumbrados a entender esa necesidad como un privilegio que paga quien puede.
Aparcar no es un capricho ni un lujo que haya que costear por minutos a un precio desproporcionado.
2 comentarios:
Te doy la razòn Paco. Revisiòn a la baja de las tasas de aparcamiento subterràneos de mis jereles.
Es vergonzoso como se aprovechan en el cobro de tasas en algunos del centro. Llamarlos abusivos es poco.
La soluciòn mìa esta en ir en moto al centro. Taba.
Me parece una propuesta interesante, que siga siendo "publico" el aparcamiento, al menos en alguna medida.
Seguro que de estos "planes urbanisticos" ya sacaron tajada los que correspondían. Aquello de "todo por el pueblo pero sin el pueblo".
La crisis empieza a traer alguna noticia positiva. Sería bueno sacar "tarjeta roja" a los aparcamientos publicos/privados, sería muy bueno para la ciudad y la ciudadanía.
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