Como en Cádiz tenemos playas para todos los bolsillos y estados de ánimo. El sábado pasado, conciente de que el viento soplaba con fuerza y pegándome un arrimón de valor, lo pasé cerca del faro de Trafalgar. Donde sin nada que me frenara la fantasía, y una vez fortificada la sombrilla, me puse a pensar en el naufragio de la Armada española y francesa cuando se rindieron en menos de dos horas de combate contra los ingleses. Imaginándome cómo debió de ser aquella batalla, que acabó con España como potencia colonial y marítima, me pasé la mañana mirando al mar. Hacer esto, con un levante que no lo aguanta ni el almirante Nelson, puede parecer de locos pero no lo es. Porque el levante curte más de lo que se pueda pensar y cunde de manera extraordinaria cuando llega la calma.
He contado todo esto porque el Partido Socialista tiene previsto celebrar, en esta semana, una asamblea donde se analizarán los resultados electorales. Y conociendo la pluralidad que lo caracteriza. Imagino que la asamblea será rica en propuestas y en conclusiones. Sobre todo, si tienen en consideración que el Partido Popular cuenta con dos años de gobierno previos a la gloria del 22M, que habrán sido más valiosos que un Master en Harvard. Por lo que habrán tomado buena nota de lo que no se debe hacer y eso debe de garantizarles mucho la supervivencia.
En un momento en el que la meteorología política prevé rachas de viento a más de ciento diez kilómetros por hora. El Partido Popular, hoy por hoy, tiene la Armada recién salida de los astilleros y con todos los elementos a su favor para convertirse en La Invencible. Aunque “ojo” que no hay que dejar de repasar los libros de historia. Así que en el Partido Socialista, por la cuenta que les trae, están obligados a ponerse todos a una y colocar bien la sombrilla.
Salud.
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