De vez en cuando me doy el gusto de montar la mayonesa a
mano. No es difícil, sólo hay que batir una yema al mismo tiempo que se le echa
un hilo de aceite; teniendo siempre en cuenta que se puede cortar si no se ponen
los cinco sentidos.
Por eso, cuando empecé a escuchar cada vez más fuerte el
himno de la legión, detuve la emulsión y cerré corriendo la ventana de la
cocina. Aun así, tuve tiempo de ver el
brazo tatuado que sobresalía de la ventanilla del coche que pasó como una bala.
Vagos fantasmas del pasado viven entre nosotros; pensé yo.
Son cosas que pasan, y no tienen nada que ver con malos augurios,
a lo mejor se trata de todo lo contrario. Y, en efecto, volví a lo que estaba
haciendo cuando dieron la noticia en la radio de que si ganaba el PP, Mariano
Rajoy, mimaría a Jerez. Ya está, me dije, creo que ya está en su punto. La
probé con el dedo y dije lo de siempre: ¡no tiene nada que ver con la de bote!
SALUD
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