Lo
de «en agosto frío en rostro» vendrá de aquellos tiempos en los que, cuando
llegaba el mes de enero, el mosto se ponía más limpio y radiante que un soltero
de entonces.
Cuando
ya llevábamos casi dos meses tomando mosto en pantalones cortos nos cambiaron
la hora y, de repente, aparece un frío como de Alaska. Aunque raras veces se les fundan los plomos a los satélites, y sin avisar te pueda caer un chaparrón de
sapos como bobas, no será culpa de los pronósticos; será porque con la
naturaleza no hay quien pueda.
Algo
parecido le ocurre a la política con las encuestas, que se equivocan poco salvo
excepciones. Así que para el 20N se esperan buenas noticias para los médicos,
los maestros, los albañiles o los notarios porque entre todos construirán una nueva
y amplia mayoría parlamentaria.
Si
como dice Mariano: “España necesita un cambio y lo necesita con urgencia”, que
Dios nos coja confesados. De aquí al mes de marzo tendremos más datos.
SALUD
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