He echado mano de la rica y brillante
presentación que hizo Leila Guerriero, en su primera columna de El País (Estaré
aquí), para hacer la mía propia. La escritora recordaba un artículo titulado
“Mi nombre es Camba” publicado en 1913 en el diario ABC, en el que Julio Camba
decía: “Entrar en un periódico es para uno como entrar en el seno de una
familia desconocida”. Es un asunto de educación básica: cuando uno llega a un
sitio nuevo –la mesa de un bar, la contratapa de un diario – lo primero es
presentarse, saludar.
Mañana en Madrid, con el
funeral de Estado, será despedido con todos los honores Adolfo Suárez: un hombre
útil. Todos estamos poniendo nuestro granito de arena para reconocerle su labor:
desde Ana Obregón (recordándonos la portada en la revista Tiempo) hasta el
español más humilde, pasando por enemigos
o desmemoriados.
En Jerez desde el
Ayuntamiento vamos a contribuir a perpetuar su memoria de político honrado y
demócrata, con el apoyo de todas las fuerzas ciudadanas políticas y sociales, poniéndole
su nombre al antiguo tramo de la Nacional IV convertida ya en una de las avenidas
principales de la ciudad (más de uno se
estará ya relamiendo los labios al pensar si para la inauguración encargarán
tres días seguidos de procesiones), una iniciativa acertada y merecida, Adolfo Suárez fue un hombre necesario
que estuvo allí primordialmente y por eso lo hemos convertido en un santo laico de la democracia
española.
Ahora querido Adolfo te
pedimos -para cuando te quedes ya tranquilo del todo-, que hagas lo posible
para que todas las víctimas de la guerra civil, aunque sea en silencio, puedan
tener también una sepultura honrosa.
SALUD
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