martes, 1 de abril de 2014

Candy Crash



¿Qué les pasará por la cabeza a los que se levantan de madrugada para pincharles las ruedas a los coches que descansan sin hacer mayor ruido? A lo mejor no se levantan, sino que tienen poco sueño y necesitan experimentar una emoción fuerte antes de acostarse.

Debe tratarse de una inquietud tremenda por darle rienda suelta al furor contra los otros, que cuando es espontáneo se echa mano a una simple llave, o un sencillo destornillador con punta de estrella mismo, para dejar constancia de su impronta guerrera, rayando de arriba abajo, de pitón a rabo varias veces (con lo que duele eso) la pintura de los coches de sus vecinos.

Es difícil coger a estas personas que sufren de un indomable arrojo contra los coches de los demás, porque habría que poner un dispositivo permanente de seguridad en varios sitios de la ciudad, durante toda la noche, y eso parece complicado.

Pero sería interesante atrapar a alguno para intentar persuadirle de sus manías insinuándole que hay entretenimientos más inocuos, como el Candy Crash, para sus noches de insomnio. Y también comentarle: ¡Qué guasa, hombre! A ver qué dice.


SALUD


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