La presidenta de Círculo de
Empresarios, Mónica de Oriol, ha pedido disculpas por haber expresado
públicamente lo que piensa (que será una
mínima parte de lo que le pide su cuerpo de economista diplomada en la London School of Economics), como representante
de una organización empresarial no lucrativa “que actúa con una perspectiva de
largo plazo, emitiendo y difundiendo ideas y reflexiones, desarrollando estudios y opiniones sobre
asuntos de interés general, desde una perspectiva empresarial…”. GRACIAS, en
nombre de varios millones de españoles inútiles para usted, por difundir sus reflexiones. Gente como
usted, y como Díaz Merchán, es lo que
necesitamos.
Para representar a un colectivo,
de la índole que sea, no sólo debería ser necesario demostrar la experiencia,
la formación o la calificación académica como precedentes para completar el perfil
idóneo requerido, sino que sería conveniente superar una sencilla prueba sobre
conocimientos básicos necesarios para vivir en una sociedad moderna -para conocer
también sus fortalezas humanas-, preguntándole por ejemplo: ¿Cuándo se mira
usted al espejo siente una alteración arrolladora?, ¿Cree usted que habría que
privatizar el derecho a compartir el Planeta?, ¿Va usted al baño cada vez que
lo necesita o intenta racionalizarlo?, ¿Cree usted que los pobres, los
parásitos y desheredados de este mundo también son hijos de Dios, y sería bueno
ir pensado en un plan de rescate para ellos, o los liquidamos?; ¿Se le vuelven
a usted los ojos cuando lee los extractos del banco?. ¿Tiene usted cierta
inclinación a ir más allá de la derecha política o considera que sólo se trata
de un privilegio congénito? En fin: algunas preguntas así que no cabe duda superaría
con matrícula de honor la señora Mónica de Oriol.
Esos jóvenes que dejaron los
estudios para trabajar en la construcción diez o catorce horas, los que
hipotecaron y entregaron su futuro al sistema bancario y financiero (haciendo más
ricos a los que ya lo eran), las familias en las que no trabaja ningún miembro,
los enfermos que han perdido la asistencia, los que no estudian en
universidades o en colegios privados, los que no tienen donde caerse muertos son
los que la representante de los empresarios considera que “no valen para nada y
no tienen derecho a un salario”. Esa es la fórmula que propone “para sacarlos
del limbo en el que viven”
Hombre algún castigo habría que ponerle a la señora Oriol.
Yo, por ejemplo, le obligaría a escribir
en un cuaderno: “Yo tampoco valgo para nada, mi jefe lo sabe, pero lo
comparte”, así un millón de veces.
Las declaraciones de la
presidenta del Círculo de Empresarios de Madrid, no tendrían mayor importancia si se tratara de
un caso aislado, pero no es así. Hay una parte muy importante de maleducados
sociales, de gente que se considera superior por su condición privilegiada, que
tamizándola con el esfuerzo y el sacrificio privado quieren imponer, e imponen
a veces, su prevalencia sobre el resto de los mortales. Esos nietos e hijos de
los que ganaron la guerra, controlaron la paz y humillaron a más de mitad de
los españoles; ahora quieren seguir diseñando el futuro. Con algunas
excepciones, eso siempre se espera, son los que de nuevo están gobernando este
País para seguir sembrando sus diferencias y desigualdades. Como para que se
tengan dudas sobre lo que diferencia a la derecha de la izquierda.