domingo, 27 de abril de 2014

Los cruzados no se han ido


La presidenta de Círculo de Empresarios, Mónica de Oriol, ha pedido disculpas por haber expresado públicamente lo que piensa  (que será una mínima parte de lo que le pide su cuerpo de economista diplomada en la  London School of Economics), como representante de una organización empresarial no lucrativa “que actúa con una perspectiva de largo plazo, emitiendo y difundiendo ideas y reflexiones,  desarrollando estudios y opiniones sobre asuntos de interés general, desde una perspectiva empresarial…”. GRACIAS, en nombre de varios millones de españoles inútiles para usted,  por difundir sus reflexiones. Gente como usted, y como Díaz Merchán,  es lo que necesitamos.

Para representar a un colectivo, de la índole que sea, no sólo debería ser necesario demostrar la experiencia, la formación o la calificación académica como precedentes para completar el perfil idóneo requerido, sino que sería conveniente superar una sencilla prueba sobre conocimientos básicos necesarios para vivir en una sociedad moderna -para conocer también sus fortalezas humanas-, preguntándole por ejemplo: ¿Cuándo se mira usted al espejo siente una alteración arrolladora?, ¿Cree usted que habría que privatizar el derecho a compartir el Planeta?, ¿Va usted al baño cada vez que lo necesita o intenta racionalizarlo?, ¿Cree usted que los pobres, los parásitos y desheredados de este mundo también son hijos de Dios, y sería bueno ir pensado en un plan de rescate para ellos, o los liquidamos?; ¿Se le vuelven a usted los ojos cuando lee los extractos del banco?. ¿Tiene usted cierta inclinación a ir más allá de la derecha política o considera que sólo se trata de un privilegio congénito? En fin: algunas preguntas así que no cabe duda superaría con matrícula de honor la señora Mónica de Oriol.

Esos jóvenes que dejaron los estudios para trabajar en la construcción diez o catorce horas, los que hipotecaron y entregaron su futuro al sistema bancario y financiero (haciendo más ricos a los que ya lo eran), las familias en las que no trabaja ningún miembro, los enfermos que han perdido la asistencia, los que no estudian en universidades o en colegios privados, los que no tienen donde caerse muertos son los que la representante de los empresarios considera que “no valen para nada y no tienen derecho a un salario”. Esa es la fórmula que propone “para sacarlos del limbo en el que viven”

Hombre algún  castigo habría que ponerle a la señora Oriol. Yo, por ejemplo, le obligaría a  escribir en un cuaderno: “Yo tampoco valgo para nada, mi jefe lo sabe, pero lo comparte”, así un millón de veces.


Las declaraciones de la presidenta del Círculo de Empresarios de Madrid,  no tendrían mayor importancia si se tratara de un caso aislado, pero no es así. Hay una parte muy importante de maleducados sociales, de gente que se considera superior por su condición privilegiada, que tamizándola con el esfuerzo y el sacrificio privado quieren imponer, e imponen a veces, su prevalencia sobre el resto de los mortales. Esos nietos e hijos de los que ganaron la guerra, controlaron la paz y humillaron a más de mitad de los españoles; ahora quieren seguir diseñando el futuro. Con algunas excepciones, eso siempre se espera, son los que de nuevo están gobernando este País para seguir sembrando sus diferencias y desigualdades. Como para que se tengan dudas sobre lo que diferencia a la derecha de la izquierda. 

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