martes, 9 de septiembre de 2008

La Plaza de la Estación


La Plaza de la Estación fue un descampado al que se iba en contadas ocasiones a recoger a algún familiar que regresaba a Jerez y otras tantas en las que se iba a despedirlo. El impacto que producía La Estación de Ferrocarril era un regalo inesperado que incrementaba unas veces la alegría de la llegada y otras atenuaba la tristeza de la despedida.

Llegaron los bloques de pisos con su altura agobiante y quedó empequeñecido y oculto el edificio de la estación. Continuando el desarrollo urbanístico en esta zona de la ciudad, Correos levantó un edificio que debió ser pensado para construirlo en un parque empresarial, pero no fue así, se diseñó sin compasión con el tiempo ni visión del espacio para seguir demoliendo la estética del lugar. Cuando dijeron que en el sitio del malcarado edificio de correos se construiría una nueva estación de autobuses, muchos jerezanos pensamos que sería la ocasión perfecta para rectificar pero no fue así, fue una oportunidad para reafirmarse en la falta de sensibilidad con la cultura urbana.

Parece que cuenta poco en los profesionales y responsables del urbanismo la conciencia de lo que provocan al transformar los espacios cuando no tienen en cuenta la sensibilidad de los ciudadanos con sus lugares arquitectónicos a los que pertenece su historia.

Hoy la Plaza de la Estación, después de la construcción del aparcamiento subterráneo, es un lugar que merece se visitado para ver, entre otras pérdidas, un impresionante cartel que anuncia la venta de 300 plazas de aparcamientos. ¿No le interesaría comprar una?

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