Tenía
pensado hablar hoy de algo ordinario, pero no me puedo resistir a hacerlo de algo
extraordinario. Imagino que muy pocos serían los castellanos que festejaron el
Descubrimiento de América, por tratarse quizá del acontecimiento histórico más
importante de nuestra historia, como ahora festejamos todos los españoles la
proeza de revalidar nuestro liderazgo deportivo después de haber sido campeones
del mundo de fútbol.
Algunos
ya no tenemos remedio, otros esconderán su rubor si es que les queda vergüenza,
después de lo visto y oído. Pero lo que ya no tiene vuelta atrás para los
jóvenes y las generaciones venideras es el ejemplo que nos están dando un grupo
de personas, que son el compendio de lo que este país aspiraba a ser desde las
clásicas posiciones de fuerza, desde la inteligencia, la disciplina y la
humildad.
Lo
que nos está ocurriendo como nación, con este trabajo en equipo de unos
cuantos, es una bendición que eclipsa los antecedentes nocivos que anidaron en
la psicología de nuestra sociedad. A ellos y a todos los que lo han hecho
posible, en nombre de mis hijos, les doy las gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario