La sociología anda intrigada
y revuelta ante los últimos sondeos realizados al electorado que le da un
posicionamiento en los primeros puestos de salida a la formación política
“Podemos”, situándola equidistante de los dos grandes partidos hasta ahora
mayoritarios y alternantes en las tareas de gobierno nacional. Lo que debe
estar motivando en esta iniciativa emergente unos dolores de cabeza tan grandes
como la magnitud de sus ilusiones.
Todos tenemos la posibilidad
de comprobar entre las personas con las que nos relacionamos, con un perfil
conservador, de centro o de izquierdas, que hay electores de todas las posiciones
ideológicas que muestran sus simpatías por el partido de Pablo Iglesias. Hace
poco me dijo una persona del primer perfil que ya la derecha tiene que pensar
de manera menos egoísta. Pensé que me estaba regalando el oído, pero aun así
tiene una importancia muy valiosa que esa conclusión llegue a traducirse en
palabras. Lo que quiere decir que la sociedad española en su conjunto vamos a
mejor: superando el drama de las dos grandes magnitudes que tanto dolor y
quiebra produjo en el pasado. Sería espectacular, y estimulante sin cuartel, si
de verdad fuera cierto.
Si estamos ante una
ordenación social de tal calado, impensable hace tan solo unos meses, que dimensiona
la conciencia política de los ciudadanos dentro de parámetros de
corresponsabilidad, de un razonamiento natural que le concede a los otros los derechos
básicos, de disponibilidad para superar los desequilibrios desmedidos a través
de la política y la educación. Podemos creer en los milagros.
Pero si la configuración
política actual tiene su origen en el enfado, en una protesta coyuntural ante
los acontecimientos; corremos el riesgo de que el prodigio se convierta en una
flor de primavera.
En cualquier caso una
reacción masiva, contra el abuso y el derroche, para exigir una remodelación
necesaria dentro del sistema democrático, que le ponga freno a la codicia y se
emprenda el camino a la regeneración; estará bendecida por la divinidad y por
todos los santos.
Si se mantiene hasta el día
de las elecciones la proporcionalidad que las encuestas están señalando: el PSOE
juega un encuentro en casa con dos equipos más. Tendrá que decidir a quién
vencer primero o con quien sumar fuerzas para obtener el mejor resultado. Pero
antes habrá que conocer lo que piensa Podemos del Estado (si quiere a Cataluña
dentro o fuera), si su programa económico está dentro de los cauces habituales,
que política tiene para los autónomos; si tiene suficiente gente con solidez
para ponerlo en práctica y, sobre todo, es muy importante que digan que no
quieren ser una fuerza política con vocación para rentabilizar el descontento,
sin mayor pena ni gloria.
SALUD
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