domingo, 21 de marzo de 2010

¿La foto no tiene nada que ver o sí?


Se me ocurre que sería mejor para todos reconocer la sexualidad humana como un obsequio de Dios, cuando leo en la prensa que Joseph Ratzinger durante un vía crucis clamó: "Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar entregados al Redentor! ¡Cuánta soberbia! La traición de los discípulos es el mayor dolor de Jesús. No nos queda más que gritarle: Kyrie, eleison, Señor, sálvanos". Supongo que podría estar pensando, entre otras cosas, en Marcial Maciel o en el asunto de los actos pecaminosos en los seminarios (esperemos que no haya ocurrido lo mismo en los conventos). Hoy tiene por delante el Papa una difícil situación que resolver y dudo que pueda quedar bien resuelta en beneficio de los creyentes y de la Iglesia, si todo queda en un: Aquí paz, y mañana gloria. Aunque a veces pienso, que como está la cosa, casi mejor sería dejarlo para más adelante; total, un siglo más o menos, ¿Qué importa?.


1 comentario:

Rafael Aguilar jimenez dijo...

En este Siglo, el XXI, con la información al alcance de la mano gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación y de la informacione, es Medieval pensar que el voto de castidad exigido por los Mandos de la Iglesia Católica puede continuar, como si no estuviera pasando nada entre los que asumen ese compromiso, inhumano, y lo corrompen, corrompiendo en a su vez a los niños y jóvenes confiados a sus educadores en las instalaciones educativas de la propia Iglesia.
Jesucristo no fue célibe, y la historia nos ilustra con los excesos cometidos por los Papas en todos los tiempos.
Mal ejemplo da El Papa a sus feligreses si no condena y acusa ante los tribunales de Justicia a todos los responsables, incluido, parece ser, a su propio hermano.