Ya están aquí las motos ¡Qué pronto hemos pasado del aroma del incienso a oler a carburante! El pasado domingo, terminó la Semana de Santa y parece que hace un siglo. Salvo algún puyacito “sin querer” por lo de la recogida del Cristo, todo ha ido como nos merecemos: hemos aligerado un poco el peso de nuestras imperfecciones y hemos disfrutado de la belleza y espiritualidad de esos días de pasión.
Este año además ha tenido eco la voz del cura de San Telmo que se preguntaba: ¿Por qué no se rebelan los pobres? Tampoco faltaron las reflexiones de nuestro obispo Monseñor del Río, hablándonos del Resucitado y la Mujeres: “Cristo intentó una revolución a favor de la mujeres a veces ignorada” también nos habló, de “las losas que quieren sepultar el Cristianismo” refiriéndose (sin señalar a nadie) a algunos que querrán que “la voz de la Iglesia sea una voz callada y obediente con el poder establecido” ¡Ésta es la Semana Santa que yo quiero! Que nos lleguen claritos los mensajes de la Iglesia durante esos días; aunque, lo de las losas, prefiero dejárselo a Isabel Presley porque como yo entre por ese camino, seguro, que me meto “en contramano”.
Ya me estoy viendo venir la caló que va a hacer este verano, pero estoy loco por que llegue “pa’empacharme” de helado de langostino de Sanlucar. Y aprovecho para recomendarles, que visiten el Zoco de artesanía en la Plaza Peones, merece la pena, y no es obligatorio ponerse el gorro marroquí o Fez.
27 Marzo 08
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