La gente va a la Feria a alegrarse la vida y a divertirse, por eso todas las ferias son un éxito. Por lo demás, todo es mejorable, por lo que cada año el Ayuntamiento intenta corregir y adaptar la infraestructura y los servicios a los nuevos tiempos.
Recuerdo que la primera Feria del Caballo que organizó el gobierno municipal democrático, algunos reputados jerezanos que no se sentían cómodos con el nuevo sistema político, boicotearon el paseo de caballos. También fue un éxito la feria ese año, porque quedaron como unos engreídos los que privaron de caballos el Real y los jerezanos disfrutaron igual que siempre.
Esa multitud de gente joven que quiere divertirse en su feria, en su inmensa mayoría es gente normal y la componen mis hijos y los de usted. Ellos serán los mecánicos, médicos, policías o concejales de mañana. El botellón hay que corregirlo y también la música inapropiada. Hágase y téngase en cuenta cuantas medias botellas y platos de pimientos fritos pueden costearse los jóvenes con los precios que tiene la feria y ojo porque hay cierta tendencia a querer volver a la caseta privada y eso no me parece bueno.
Perfeccionar siempre se puede, pero se resbalan, los que creen que pueden sacar beneficio político de algún fallo que se pueda producir, en un acontecimiento de la magnitud de la Feria de Jerez. Al mismo tiempo, en mayor error caen, los que creen morirse de éxito por considerarse artífices del disfrute colectivo, porque ambas cosas, a la gente le huele a paja de caballo.
Recuerdo que la primera Feria del Caballo que organizó el gobierno municipal democrático, algunos reputados jerezanos que no se sentían cómodos con el nuevo sistema político, boicotearon el paseo de caballos. También fue un éxito la feria ese año, porque quedaron como unos engreídos los que privaron de caballos el Real y los jerezanos disfrutaron igual que siempre.
Esa multitud de gente joven que quiere divertirse en su feria, en su inmensa mayoría es gente normal y la componen mis hijos y los de usted. Ellos serán los mecánicos, médicos, policías o concejales de mañana. El botellón hay que corregirlo y también la música inapropiada. Hágase y téngase en cuenta cuantas medias botellas y platos de pimientos fritos pueden costearse los jóvenes con los precios que tiene la feria y ojo porque hay cierta tendencia a querer volver a la caseta privada y eso no me parece bueno.
Perfeccionar siempre se puede, pero se resbalan, los que creen que pueden sacar beneficio político de algún fallo que se pueda producir, en un acontecimiento de la magnitud de la Feria de Jerez. Al mismo tiempo, en mayor error caen, los que creen morirse de éxito por considerarse artífices del disfrute colectivo, porque ambas cosas, a la gente le huele a paja de caballo.
08 Mayo 08
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